La Crisis en Haití y su Impacto en la República Dominicana

El presidente dominicano, Luis Abinader, ha hecho hincapié en la urgencia de abordar la crisis haitiana en diversos foros internacionales, advirtiendo sobre su impacto negativo en toda la región.

Opinión 16 de abril de 2024 Deivi Santos Benzán
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Deivi Santos Benzán

La República Dominicana observa con profunda preocupación la situación de crisis que atraviesa Haití desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021 y la renuncia del entonces primer ministro Ariel Henry. Este escenario ha sumido a nuestro vecino país en un estado de caos y desesperación, caracterizado por un vacío de poder que ha desencadenado una crisis económica, política y social sin precedentes.

Las bandas criminales han proliferado, disputándose el control del territorio y sembrando el terror entre la población. Los intentos fallidos de tomar el palacio presidencial son muestra de la anarquía que impera en las calles haitianas. Estas organizaciones criminales no solo atentan contra la vida de sus propios ciudadanos, sino que también saquean negocios, secuestran personas y desatan el caos en las cárceles, liberando a peligrosos delincuentes.

El presidente dominicano, Luis Abinader, ha hecho hincapié en la urgencia de abordar la crisis haitiana en diversos foros internacionales, advirtiendo sobre su impacto negativo en toda la región. Sin embargo, a pesar de los llamados de atención, la situación parece no mejorar, y la República Dominicana se ve directamente afectada.

El incumplimiento del Tratado de Paz, Amistad y Arbitraje por parte de Haití, al construir el Canal de manera ilegal, es una clara violación que genera preocupación en nuestro país. La falta de autoridad y el caos reinante en el vecino país representan una amenaza para nuestra soberanía y estabilidad.

Además, la alta presencia de nacionales haitianos en nuestros hospitales y en diversos sectores laborales plantea desafíos adicionales. Aunque la mano de obra haitiana es importante en la construcción, la agricultura y otros sectores, es necesario encontrar un equilibrio que proteja los intereses de ambas naciones.

La firme posición de las autoridades dominicanas, en defensa de la soberanía nacional, es fundamental en este contexto. Es necesario buscar soluciones conjuntas con otras naciones y organismos internacionales para abordar la crisis haitiana y proteger el orden democrático, político y económico de la República Dominicana.

En este sentido, es crucial que los Estados Unidos de América y otros actores internacionales comprendan la gravedad de la situación y contribuyan a encontrar una salida pacífica y sostenible para Haití. Solo así podremos garantizar la estabilidad y el bienestar de toda la región.

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