Olivo De León responde a acusaciones de David Lorenzo en torno a un contrato en la UASD

Cada día se inventa un nuevo capítulo de la serie, al extremo de que desde el 31 de mayo al 9 de agosto de 2025 (en 70 días), ha publicado 28 artículos intentando afectar mi imagen

Panorama10 de agosto de 2025
Olivo de Leon
Periodista Olivo de León.

En su más reciente publicación, parte de la intensa campaña de descrédito que mantiene en mi contra, el señor David Lorenzo retoma una situación que él mismo manipuló en 2013 para formular una acusación que jamás pudo demostrar. Incluso quienes figuraron como "quejosos", Pedro Hernández y Franklin Ferreras, negaron sus posturas originales.

La acusación consistía en que me reuní con el entonces rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Mateo Aquino Febrillet, para solicitarle la restitución de una compensación que le habían retirado a Pedro Hernández, lo que, según ellos, yo habría aprovechado para “negociar” mi designación en la academia.

Durante la reunión, Febrillet rechazó la propuesta de restituir la compensación a Pedro, argumentando que su horario terminaba a las dos de la tarde y no tenía sentido pagarle por un tiempo que no laboraba, ya que cobraba su salario.

Es oportuno aclarar que la UASD me contrató, pero no en ese momento, y gracias a gestiones de Marisol Vargas y del mismo Pedro Hernández. Mediante ese contrato, asumí la responsabilidad de diseñar estrategias de comunicación y relaciones públicas, y de producir un programa de radio que, más adelante, se decidió cambiar por uno de televisión, el cual Febrillet mantuvo durante un tiempo.

Ese contrato se utilizó como pretexto para tratar de minar la moral de un dirigente que ha dedicado más de la mitad de su vida a trabajar para lograr mejores condiciones de vida y bienestar para los periodistas y todos los integrantes del sector de la comunicación social.

Acciones y acusaciones infundadas
Mis acciones se han traducido en gestionar empleos a centenares de personas, negociar aumentos salariales, transporte, herramientas de trabajo, vacaciones, licencias por maternidad y paternidad, participación en actividades recreativas, pensiones, viviendas, exoneraciones para la importación de vehículos, servicios de salud, seguro médico y defensa de la libertad de expresión, entre otras cosas.

Parte de esa manipulación se originó en la ilegalidad en que incurrió un grupo en la asamblea general del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), el 25 de mayo de 2013. Se pusieron de acuerdo antes de la asamblea para acusarme y tratar de confundir a los participantes.

Sin embargo, se olvidaron de que el CDP no tiene ninguna facultad sobre el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP). El CDP es una organización y el SNTP es otra. Ninguna de ellas puede tomar una decisión sobre la otra. Es como si el Colegio Médico tomara una decisión contra la secretaria general de uno de los sindicatos de enfermería. El CDP tampoco puede hacerlo contra el secretario general del SNTP, y menos cuando la acusación es infundada y carente de base legal.

Es insólito, inaudito e impensable que el CDP adopte decisiones no sobre su propia organización, sino sobre otra que no tiene nada que ver con ella. Por lo tanto, las recomendaciones de David y de Ramón Diloné no tuvieron ningún efecto legal ni jurídico; se cayeron solas por su propio peso.

Comportamiento obsesivo de David Lorenzo
Lo más sorprendente es que David no coge cabeza. Cada día se inventa un nuevo capítulo de la serie, al extremo de que desde el 31 de mayo al 9 de agosto de 2025 (en 70 días), ha publicado 28 artículos intentando afectar mi imagen y la de otros "marcelinistas". Esto equivale a un promedio de diez publicaciones por mes, lo cual demuestra que tiene problemas de trastorno obsesivo-compulsivo.

En cada escrito, el susodicho expresa toda su frustración, odio, resentimiento y rencor, mostrando la pequeñez de su estatura mental y la pobreza de su espíritu.

Al parecer, David se olvida de que el alma enferma de odio, rencor, envidia y desesperanza se traduce en serios problemas de salud física y mental, pues ese peso que trata de reducir en escritos se somatiza, y al final el sufrimiento se multiplica.


 
 
 


 


 


 

 

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